martes, 29 de septiembre de 2009

Integrantes del grupo

Beberly Verónica Julajuj González
Elfer Esaú Galicia Aguilar
Libertad América Amezquita

Temática de" La Ilustre Fregona"


La temática tratada en la novela, "La Ilustre Fregona" es el idealismo o el amor ideal, tema que va acompañado de toques realistas. La presencia del idealismo se nota en los enredos amorosos que los personajes llevan a cabo como por ejemplo: La forma en que los pastores, mosos, aguadores, el hijo del correjidor y don Tomás de Avedaño, admiran al la ilustre fregon (Constanza), dicha admiracion llevan a nuestro personaje principal (Don Tomás de Avedaño) a convertirse en un mozo que sirve como separado de la paja y la cebada, en la casa donde habita Constanza.

Este amor ideal que mueve a don Tomás, en una parte de la obra se vuelve platónico, aunque al final por una serie de sucesos que se dan con el padre de don Diego de Carriazo y Constanza, el amor de don tomás hacia constanza se realiza y deja de ser platónico. De manera que Cervantes ideó la forma perfecta en la cual todos los personajes son felices.

Argumento de "La Ilustre Fregona"

En Burgos, no hace muchos años, vivían dos caballeros: Don Diego de Carriazo, quien tuvo un hijo que lo llamó con su mismo nombre, y Don Juan de Avendaño, éste llamó a su hijo don Tomas de Avendaño.
Cuando Carriazo tuvo trece años se marcho de la casa de sus padres por una inclinación picaresca. Estuvo en Madrid, en las Ventillas de Toledo, etc. Se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara. Dejó de acudir tres veranos, en el último ganó a los naipes setecientos reales. Con ellos optó por vestirse y volver a Burgos a ver a su madre. Se despidió de sus amigos y les prometió que el próximo verano estaría con ellos.
Su familia le recibió muy contenta y se hizo muy amigo de don Juan de Avendaño, que era su vecino y tenía su misma edad.
Carriazo nunca le contó a sus padres todo lo que hizo en las almadrabas. El echaba mucho de menos aquellos tiempos y le contó a Avendaño todo lo que había vivido. Determinaron irse los dos allí a pasar un verano. Avendaño puso como excusa el irse a Salamanca a estudiar y que Carriazo se iba a ir con él también.
Les dieron documentos de lo que tenían que hacer, les pusieron un ayo a su disposición y se encaminaron supuestamente hacia Salamanca.
En el camino le robaron cuatrocientos escudos de oro al mayordomo. Le pidieron permiso para ir a la fuente de Argolas y éste accedió. Cuando estuvieron allí Avendaño le dijo que volviera a la ciudad, que ellos seguirían por su cuenta y le dió una carta de disculpa para sus padres.
Se vistieron a lo payo y marcharon hacia Toledo. A la entrada de Illescas vieron a dos mozos de mulas andaluces. Estaban hablando de una hermosa fregona que vivía en la posada del Sevillano, que el hijo del Corregidor bebía los vientos por ella. Y sobre todo a Avendaño se le despertó un intenso deseo de verla.
Fueron a la posada del Sevillano, estuvieron esperando a ver si venía tan celebrada fregona. Avendaño se dirigió al patio a ver si veía a la muchacha con la excusa de preguntar por unos caballeros. De pronto salió de una sala una doncella de unos quince años, vestida como labradora y con una vela encendida. La muchacha era muy bella.
Ellos se quedaron esa noche en la posada y Avendaño comentó a Carriazo la increíble hermosura de la doncella, que se llamaba Constanza.
Arguello, que era otra sirvienta de unos cuarenta y cinco años les preparó las camas. Carriazo le dijo a Avendaño que al día siguiente tenían que madrugar para salir hacia Orgaz lo antes posible. Avendaño le contestó que no estaba dispuesto a irse de la posada porque quería conocer a Constanza. Al final Avendaño consiguió convencer a Carriazo para que se quedaran en la posada.
Al día siguiente se oyó al hijo del Corregidor cantando para Constanza y Avendaño sintió celos.
Avendaño, haciéndose llamar Tomás Pedro, empezó a trabajar para los huéspedes separando la cebada y la paja y Carriazo que dijo que se llamaba Lope Asturiano trabajaba como aguador. Este tuvo una pelea con otro aguador porque le derramó el agua. Salió de allí gracias a Tomás. Luego el Asturiano ingresó en la cárcel, pero pronto salió gracias al dinero que entregó el Sevillano.
A Constanza la llamaban ilustre porque limpiaba muy bien la plata, era honesta y recatada y enamoraba con su recogimiento y hermosura. Cada día que pasaba Tomás estaba mas enamorado de ella. El huésped se enteró de esto pero no se lo comunicó a la muchacha. Al poco tiempo Tomás le entregó una carta en la que le expresaba su amor y Constanza la rompió y le dijo que no la quería.
El Asturiano fue a comprar un asno y al final acabó jugándose el suyo, que mas tarde lo perdió por cuartos, pero luego al reclamar la cola del asno dejo al otro aguador sin un solo maravedí, pero se lo devolvió todo.
A las once de la noche llego el Corregidor a la posada y preguntó al Sevillano por la ilustre fregona, el huésped le contó que hacía quince años un mes y cuatro días llegó a la posada una señora vestida de peregrina enferma, descolorida y muy fatigada. Nadie sabía quien era, solo que era una señora rica de Castilla la Vieja. Padecía hidropesía e iba de peregrina a la Virgen de Guadalupe.
Cuando estaba en la cama dijo que estaba embarazada, que por favor cuidaran de su bebe y sacó de la almohada un bolsillo de aguja, de oro y verde con cuatrocientos escudos de oro en su interior y se lo entregó a la mujer del huésped. Y entre las doce y la una de aquella misma noche parió una niña preciosa, la mas bella de todas las que el huésped había visto. La madre de la criatura siguió su peregrinación y al cavo de veinte días volvió, casi sana, la niña ya había sido bautizada recibiendo el nombre de Constanza, lo cual había sido ordenado por su madre. Le entregó al huésped una cadena de la que quitó seis eslabones y dijo que los traería la persona que viniese a por la niña también corto un pergamino de tal forma que no se podía leer nada sin la otra parte y le dio una mitad. Dijo que al cavo de dos años vendrían a por su hija y le pidió que no le dijese a la niña quien era ni de la manera que había nacido. Dándoles otros cuatrocientos escudos de oro y abrazando a la mujer del huésped con tiernas lágrimas partió.
Después de contarle toda la historia de la ilustre fregona el Corregidor se marchó después de ver los trozos de la cadena y el medio pergamino.
Al día siguiente, cerca de la una, entraron a la posada dos ancianos acompañados de cuatro caballeros y al ver a Constanza se dijeron que ya habían encontrado lo que buscaban. Cuando Tomás fue a dar recado de las cabalgaduras conoció a dos criados de su padre y mas tarde vio a su padre y al padre de Carriazo. El caballero llamó al huésped y le dijo que venía a quitarle una prenda suya de hace mucho tiempo y para ello traía unos trozos de una cadena, un pergamino y mil escudos de oro. El le contestó que la prenda que le quería quitar estaba en casa pero no el pergamino y los trozos de la cadena para comprobarlo, que tuviera paciencia, que en un momento estaría allí. En esto llamo al Corregidor y se lo contó todo. En cuanto llego, con el pergamino y los trozos de cadena en la mano, abrazó a don Juan de Avendaño y después a don Diego de Carriazo sacaron los trozos del pergamino, que juntos decían: ESTA ES LA SEÑAL VERDADERA, y los trozos de la cadena. El Corregidor preguntó si era posible saber quien eran los padres de la hermosísima prenda. -El padre -respondió don Diego - yo lo soy, la madre ya no vive.
Después de explicarlo todo don Juan de Avendaño y don Diego de Carriazo se encontraron con sus hijos. El Corregidor llamó a Constanza y le dijo quien era su padre realmente y todos subieron al coche del Corregidor.
Al final Constanza se casa con Avendaño y se van a estudiar a Salamanca y Carriazo con la hija del Corregidor de Toledo, con la que tuvo tres hijos.

martes, 15 de septiembre de 2009

Temática de" El Licenciado Vidriera"


Esta novela pertence al conjunto de "Novelas Ejemplares" de Cervantes, está clasificada entre las de corte realista, centrada en la descripción de personajes y situaciones verosímiles.

"El Licenciado Vidriera" es una coleccion de enseñanzas morales. Pareciera que la temática en que transcurre la novela está referida a la locura delpersonaje, cuando en realidad, la locura no es más queuna escusa, casi intacendente, para la representación de enseñanzas generales.


Argumento de" El Licenciado Vidriera"


Dos caballeros estudiantes encuentran en las orillas del río Tormes, a un niño de once años, llamado Tomás, que pretendía encontrar en Salamanca un amo que a cambio de sus trabajos le diese estudios; propuesta que los estudiantes aceptan de buen grado. Al poco tiempo por su fidelidad y buen servir se había convertido en compañero y no en criado, y alcanzando gran popularidad en la Universidad por su notable ingenio.
A los ocho años los caballeros terminaron sus estudios y decidieron regresar a Málaga, su ciudad; pero después de estar en esa hermosa localidad Tomás solicita permiso a sus amos para regresar a Salamanca. En el camino se encuentra con un capitán de infantería de su Majestad el cual alababa la forma de vida de la soldadesca y convenciéndolo para que se uniera a él en su viaje por Italia y Flandes.
Más tarde se gradúa en leyes en la ciudad de Salamanca donde despierta el amor de una dama, quien despechada al no ser correspondida su pasión por Tomás, que metido en sus estudios no se fija en el amor que le ofrecen, decide recurrir al poder mágico de una morisca, quien introduce cierto hechizo en un membrillo destinado a Tomás, para que éste, al comerlo, no pueda vivir sin el amor de la dama. El hechizo produce en el estudiante grandes ataques y una gravísima enfermedad, llevándole a la original locura de creerse de vidrio, no dejando que nadie se le acercara y pidiendo a la gente que le hiciera preguntas, no importaba su dificultad, él podría responderlas con soltura. El Licenciado Vidriera, así se hacía llamar, pasaba sus días paseando por las calles y satirizando casi todo lo que le rodeaba. En las noches de invierno dormía en el pajar y en las noches de verano al aire libre.
Después de dos años un religioso consiguió curarlo pasando a llamarse el Licenciado Rueda; quien ahora en su sano juicio ya no es escuchado por nadie, motivo por el cual decide volver a Flandes y hacerse soldado, muriendo como tal.

Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de la Mancha



CAPÍTULO 1
En este capítulo se nos presenta a Alonso Quijana como un hombre no excesivamente rico, incluso se podría decir que era mas bien pobre.
También no describe la edad de este peculiar personaje "50 años" y de su peculiar ama de llaves que pasaba de los 40.
Este buen hombre tenía era de complexión recia, madrugador y gran aficionado a la caza.
Este peculiar personaje era gran amante de las novelas de caballería y tenía como escritor favorito a Feliciano de Silva. Tal fue la obsesión por estos libros de caballería que decidió convertirse en caballero. Para llevar a cabo esta extraña aventura tubo que coger y limpiar las armas de sus bisabuelos, las cuales tubo que preparar para su uso.
Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las siguientes cosas:
Un nombre para él mismo: pues todo caballero que se precie tenia un nombre apropiado para tal faena. Decidió ponerse como nombre Don Quijote de la Mancha, idea que sacó de Amadís de Gaula.
Un nombre para su caballo: Al cual puso como nombre Rocinante, ya que el pobre caballo no se encontraba en su mejor momento.
Una mujera la cual dedicarle todos sus triunfos y glorias, ya que en aquellos tiempos un caballero no podía comportarse como tal si no tenía una mujer a la que dedicarle sus triunfos.

Don quijote se arma caballero


CAPÍTULO 3
En este capítulo Don Quijote se arma caballero. Para que este nombramiento fuese valido Don Quijote le pidió al ventero que le nombrara caballero, dándole sus razones de porque este nombramiento.
El ventero acepto a este extraño nombramiento pensando que Don Quijote estaba loco y que él a su vez ganaría un buen dinero. Para que este nombramiento fuese valido las armas del caballero deberían poner las armas a velar en la capilla, pero como allí no había capilla, ya que supuestamente se estaba construyendo, pusieron a velar las armas en el patio y de esta manera Don Quijote permanecería vigilándolas durante todo el día para que no se las robaran. Don Quijote se tuvo que enfrentar con dos hombres que pretendían robárselas hasta que apareció el ventero y puso paz. Al final Don Quijote fue nombrado caballero a la vieja usanza, dando dos toques con la espada en los hombros del caballero. Una vez acabado el nombramiento las dos mujeres se quedaron sorprendidas y le dijeron a Don Quijote que le servirían de por vida, entonces Don Quijote pregunto sus nombres y dijo que desde entonces se llamarían por Doñas. Al final todo quedo en nada y Don Quijote se marcho al amanecer.

De la segunda salida de nuestro buen caballero don Quijote de la Mancha y la quema de los libros de caballerÍa


CAPÍTULO 7

Entonces empezó a lanzar voces y todos fueron a verlo y así varios libros quedaron sin ser inspeccionados. se hallaba bien despierto y daba cuchilladas en el aire como si peleara contra muchos enemigos.
Cuando lograron controlarlo y regresarlo a la cama, le dijo al cura:
―No es honroso dejar que otros ganen este torneo, siendo yo quien soy.
―No se preocupe ―dijo el cura― que mañana continuará el torneo y usted ganará lo que hoy ha perdido. Más bien ocúpese hoy en sanar sus heridas.
―No estoy herido, pero si molido a palos por el caballero don Roldán que no soportó que yo le supere en fuerzas. Por ahora, tráiganme de comer, de lo demás me encargo yo.
Después de comer volvió a quedarse dormido.
Esa noche el ama quemó todos los libros en el corral y el cura y el barbero recomendaron que además se levante una pared para tapar la entrada al cuarto de los libros y que cuando lo note le digan que un encantador se había llevado todo.
Dos días después, ya repuesto, fue a ver sus libros y como no daba con la puerta de su librería, le preguntó al ama.
―Todo eso se lo llevó el mismo diablo ―respondió ella.
―No fue el diablo ―dijo la sobrina― sino un encantador que vino montado sobre una serpiente y volando sobre una nube. Dijo que se llamaba Muñatón.
―Será Frestón ―corrigió .
―Será, pero recuerdo que su nombre terminaba en ton ―dijo la sobrina.
―Así es ―continuó ― ese encantador protege a otro caballero mucho menos fuerte que yo, por eso intenta hacerme daño de cualquier manera.
―¿Pero no sería mejor que no busque pleitos? ―preguntó la sobrina― Recuerde que hay varios que van por lana y regresan trasquilados.
―Antes que a mí me trasquilen le habré quitado las barbas a cuantos lo intenten ―respondió encolerizándose, así que el ama y la sobrina prefirieron dejarlo tranquilo.
Así se paso quince días en su casa, sin que dé muestras de querer escaparse nuevamente. Además les contaba divertidas historias al cura y el barbero y principalmente les decía que el mundo necesitaba andantes como él.
Por ese tiempo, convenció a un vecino suyo llamado Sancho Panza de que fuera su escudero. Sancho, que era un hombre gordo y de muy poco cerebro, aceptó entre otras cosas porque le dijo que siendo su escudero podría ganar una isla y ser gobernador de ella. También vendió y empeñó cuanto pudo para hacerse de dinero, consiguió un escudo y le dijo a Sancho que prepare sus provisiones para partir. Este le preguntó si podía llevar su asno pues no podría aguantar mucho camino a pie y se lo permitió pues no recordaba alguna ley de caballería que lo prohíba, aunque aclaró que a la primera oportunidad que se presente, le otorgaría el mejor caballo a su escudero.
Con todo listo, partieron una noche sin despedirse cada uno de sus respectivas familias y anduvieron sin parar hasta casi el amanecer, seguros de que ya nadie los podría hallar. Caminaban por el camino de Montiel cuando Sancho preguntó:
―No se le vaya a olvidar la isla que me tiene prometida. Que aunque sea muy grande yo sabré gobernarla bien.
―No te preocupes por eso ―respondió ― que aunque otros esperaban a que sus escuderos sean viejos, yo te coronaré mucho antes. Es posible que en seis días ya me haga de un reino y pueda darte un nombramiento.
―¿Entonces podría ser rey y mi mujer, reina y mis hijos, infantes?
―Así es Sancho, y no creas que es muy dificil que hasta es posible que pueda darte más de lo que te he prometido.
―Me quedaré tranquilo, que teniendo un amo como usted, estoy seguro de que estaré bien y alcanzaré un gran nombre.

Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, y el vizcaíno





CAPÍTULO 8

En eso vieron a unos treinta o cuarenta molinos de viento. Al verlos, dijo:
―Nuestra fortuna nos pone a estos gigantes para combatir, amigo Sancho. Les quitaré a todos la vida y haré un gran botín.
Fíjese señor que aquellos no son gigantes ―le dijo Sancho― sino molinos de viento y lo que parecen brazos son sus aspas.
―Se nota que no sabes nada de caballería ―respondió ―, ellos son gigantes. Más bien, si lo que tienes es miedo, quédate a rezar aquí mientras yo me enfrento a ellos.
Y picó a su caballo y sin oír a sancho ni fijarse que iba hacia unos molinos, arremetió en dirección a ellos.
―No huyan ―gritó ― que es uno solo quien se enfrentará a todos.
En ese instante se levantó algo de viento y las aspas empezaron a moverse.
―Aunque muevas más brazos que los del gigante Briareo, me las pagarás ―dijo .
Y se encomendó a Dulcinea y embistió con toda su fuerza al molino que tenía más cerca y le atravezó el aspa, la cual, al moverse, le quebró la lanza y arrojó a caballo y caballero que fue rodando muy maltrecho por el campo.
―¿No le dije yo que eran molinos? ―dijo Sancho que había ido en su auxilio.
―Calla, Sancho, que el sabio Frestón, no contento con haberme quitado mis libros, me ha arrebatado esta victoria transformando a esos gigantes en molinos.
Sancho ayudó a a subirse sobre Rocinante y tomaron el camino de Puerto Lápice. Mientras andaban, le contó a Sancho sobre un caballero que, a falta de lanza, usó una rama de árbol para vencer a sus enemigos y que él estaba dispuesto a hacer otro tanto pues había perdido su lanza en la lucha contra los gigantes.
―Yo le creo todo, señor ―le dijo Sancho― pero acómodese o se caerá del caballo pues está malherido por la caída.
―No te preocupes de eso, Sancho, que un caballero nunca se queja de algún dolor así tenga una herida abierta por donde le salgan las tripas.
―Por fortuna no soy caballero ―respondió Sancho― que no puedo evitar quejarme del más pequeño dolor que tenga.
A le causó risa la simplicidad de su escudero que en ese momento le decía que ya era hora de comer y sacó sus provisiones de sus alforjas y fue comiendo sentado en su asno con el permiso de que no probó bocado. Aquella noche la pasaron bajo unos árboles, de uno de ellos sacó una rama y colocó en ella la punta de su lanza rota. Sancho durmió profundamente, mientras se la pasó velando, pensando en su señora Dulcinea, imitando a los de sus libros que se desvelaban por sus damas.
Al día siguiente continuaron el camino a Puerto Lápice.
―Hermano Sancho ―dijo ― podemos encontrar muchas aventuras en nuestro camino, pero te advierto que si me ves luchando contra otro caballero, aunque corra el peor peligro del mundo, no se te ocurra socorrerme porque ninguna ley de caballería permite esa intromisión.
―Así lo haré ―respondió Sancho―, que yo soy pacifico y enemigo de meterme en pendencias.
En eso divisaron por el camino a dos frailes que iban sobre sus mulas y detrás de ellos, aunque no venían juntos, un carruaje custodiado por cinco hombres a caballo y dos mozos de a pie.
―O me engaño ―dijo a Sancho― o ahí van dos encantadores que llevan secuestrada a alguna princesa en ese coche. Así que es necesario deshacer esa injusticia con toda mi fuerza.
―Mire bien lo que hace, señor ―dijo Sancho― que ahí solo van dos frailes y en el carruaje deben ir algunos viajeros. No le vaya a pasar como con los molinos.
―Ya te he dicho, Sancho, que tu no sabes nada de caballerías. Quédate aquí y verás que no me equivoco.
Y se puso en la mitad del camino y acusó a los frailes de ser encantadores que llevaban una princesa secuestrada. No quiso escuchar las razones de los frailes, sino que atacó a uno de ellos mientras el otro escapaba muy temeroso. Sancho Panza, viendo en el suelo al fraile, se arrojó sobre él para quitarle sus pertenencias, creyendo estar en su justo derecho pues su amo lo había derrotado. En eso llegaron dos mozos de los frailes que tomaron las razones de Sancho como burlas y le dieron de patadas hasta dejarlo sin sentido.
, que se había acercado al carruaje, se dirigió a la señora del coche:
―Su hermosura, señora mía, puede hacer de mí lo que le plazca, pues sus secuestradores han sido derrotados por vuestro libertador, de la Mancha, caballero andante y cautivo de la sin par y hermosa Dulcinea del Toboso. Solo le pido que vaya al Toboso y le diga a mi señora el favor que acabo de hacerle.
Escuchaba esto uno de los que cuidaban el carruaje y se enojó mucho al escuchar que irían de regreso al Toboso y cogiendo la lanza de le dijo:
―Caballero, si no dejas pasar a este coche, te mataré aquí mismo.
―Ahora lo veremos ―dijo y arrojando la lanza al suelo, sacó su espada, sujetó su escudo y atacó al vizcaíno con intención de matarlo.
El vizcaíno pudo reaccionar a tiempo, sacó su espada y cogió una almohada del coche que utilizó como escudo. La batalla se desató con tanta fiereza que la señora pidió al cochero que se alejen para ver desde lejos la contienda. En eso el vizcaíno dio un fuerte golpe de espada a la altura del hombro que hubiera matado a si este no se hubiera protegido con su escudo.
―¡Señora Dulcinea, flor de la hermosura, socorre a este caballero que por satisfacerla está corriendo peligro!
La lucha continuó y el vizcaíno, montado en su mula, se defendía duramente con su almohada y atacaba cuanto podía. Mientras la señora del coche y sus criadas rezaban, se persignaban y se encomendaban a todos los santos.